domingo, 3 de junio de 2012

prestigio


por Gonzalo

Entre los comentarios que generó el nuevo formato de este pequeño blog, uno me llamó la atención. Alguien me reprocha que haga un blog con mi novia, cosa que le parece desdorosa para un escritor serio. Dice que antes leía mi trabajo, pero desde ahora no, y me recomienda que "cuide mi prestigio." Como el nombre que me dejó es falso, le contesto como anónima. Escuchame, entonces, anónima. Te voy a explicar un par de cosas. Mi "prestigio" me chupa un huevo. Si de verdad me hubieras leído y hubieras entendido algo de mi trabajo, lo sabrías. Escribo contra la idea de prestigio, de elegancia, de acumulación de capital simbólico. Escribir con mi novia si se me canta el orto, ser sentimental si se me canta el orto, poner el sentimentalismo o las emociones primarias o la ingenuidad o la vulgaridad al mismo nivel que las ideas razonadas sobre literatura, las novelas o las reflexiones políticas, para mi no es un accidente, al contario, es la meta.


Podría argumentar que un blog es un espacio de libertad para que quien escribe ande en pantuflas, y que no tiene nada que ver con un ensayo o una novela. Pero no es así. De nuevo: compartimentar, separar lo supuestamente serio de lo supuestamente bajo, me parece la marca misma de una literatura berreta. De una cultura de cotillón. Lo peor de la literatura argentina viene de ese lugar. En efecto, el formato blog se presta para la circulación de datos banales, de intimidades irrelevantes. Muchas veces se presta —como actividad no remunerada que es— para el silencio, como pasa cuando otros trabajos urgen y el blog sigue girando como un satélite abandonado en el éter de la red. ¿Y? Mientras no haya impostura, esto es parte del cuadro. La escritura no tiene que servir para embellecerse. Para eso están las cremas. En la escritura, cualquier escritura, me interesa una sola cosa, que es integrar la totalidad del sujeto. Desde ya, anónima, tenés todo el derecho de preferir otra idea de la escritura; la escritura como adorno, como peinado lindo para la foto, como signo de distinción, como carnet de pertenencia a un club exclusivo. Sólo te sugiero que en ese caso cumplas de una vez tu amenaza y no me leas más.

7 comentarios:

  1. Gabriel, no, para nada. Es sólo que desayunar tortilla de patatas me pone enfático.

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  2. Creo que el prestigio no es algo que uno busque. Es algo que los otros construyen a partir de las valoraciones que hacen de nuestros actos. Uno no puede cuidar su prestigio, porque eso supondría estancarse o querer controrlar lo que los otros piensen.

    "Para mí, eh, para mí".

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  3. Me perdí. ¿El blog con tu novia que tiene que ver con el prestigio? A mí me parecías genial solo y acompañado, doblemente genial.
    Saludos a ambos!

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  4. Poner las emociones a la altura de "las razones" sigue siendo lo mas noble y profundo a lo que podemos aspirar.La ingenuidad es un don que debemos cuidar.
    Me encanta cómo le contestaste!
    Georgina(nueva en el blog)

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  5. Anónima soy yo.

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  6. Qué copado, seguis siendo anónima. Esto me hace acordar a los que critican a Tinelli y después lo miran mientras comen-

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